El mundo está cambiando a pasos agigantados y de la misma manera nosotros debemos ponernos al nivel, preparandonos para enfrentar los retos que nos presente la vida. Ante tantos cambios constantes es probable que sintamos incertidumbre y nos cuesta tener herramientas para hacerles frente. Esto no pasaba cuando éramos niños, la seguridad que teníamos de poder enfrentar al mundo solía ser mucho más sólida que cuando crecemos y nos involucramos en la vida adulta.

Cuando éramos pequeños soñábamos con tener nuestro propio negocio, ya sea de limonadas, de algún tipo de postre, dulces o lo que fuera; crecía ese deseo de comenzar algo con nuestros propios medios y en nuestros propios términos. Desgraciadamente esa curiosidad con el tiempo la vamos perdiendo y nos acoplamos a lo establecido y esperado por la sociedad.

El emprendimiento ha cobrado gran relevancia en el ámbito laboral, por lo que es importante que se comience a incluir en los programas educativos; siendo una gran manera de inculcar en los niños una opción de desarrollo para sus ideas y fomentar la creatividad.

Esto también ayudará a crear opciones para auto emplearse y generar trabajo para otras personas; ya que cada día las opciones y los puestos laborales están más escasos y polarizados.

Lo primordial para poder incluir este tipo de temas en un ámbito educativo es identificar los puntos fuertes y débiles del tópico. En los últimos años se ha visto un aumento en proyectos de emprendimiento, los cuales han generado oportunidades laborales para muchas personas, mejorando su nivel económico; sin embargo, al mismo tiempo un porcentaje considerable de éstos proyectos se han topado con problemas o fallas en su planteamiento que los han forzado a terminar.

Con esto se puede identificar la importancia de que los niños conozcan lo que realmente sucede en la vida laboral de manera más cercana y vivencial; así tendrán experiencia para poder afrontar de manera eficiente y eficaz los retos que se les presenten.

Uno de los grandes retos que el emprendedurismo nos ha mostrado es que los primeros meses de un proyecto son vitales para su supervivencia; esto depende en gran medida de las decisiones financieras que se tomen y la administración de los recursos, que en un principio suelen ser escasos.

La realidad es que la educación financiera es casi inexistente en nuestro país y aún más si hablamos de ésta en edades tempranas; sin embargo, si buscamos crear nuevas generaciones con un espíritu de desarrollo es muy importante enseñarles sobre educación financiera lo antes posible.

La combinación de estos aspectos es un gran comienzo para que los pequeños puedan darle forma a sus ideas creativas y de emprendimiento; así evitaremos que queden en solo ideas sin pies, ni cabeza.

Crear espacios de diálogo, dónde se sientan cómodos de expresar sus ideas, con una guía que los apoye a desarrollarlas; está es la mejor vía para comenzar a dar esos pequeños pasos para que sea parte del programa escolar de un futuro no tan lejano.

Vincular todos estos conocimientos con la enseñanza de valores como la responsabilidad social, apoyo a las comunidades vulnerables, empatía y ayuda, generará que el resultado sea completo y funcional para el mundo actual.

Si todo esto lo aprenderán desde la escuela, ¿qué no podrán hacer las nuevas generaciones al terminar su formación escolar?

Reenviado por Redacción / #MásClaro

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