Repensando la educación para un modelo 100 % en lÃnea
El uso de la tecnologÃa para impartir educación en lÃnea, ha dejado de ser la respuesta a una situación de emergencia y se ha convertido en la nueva norma. Al pasar a esta segunda fase, nuevos retos se presentan para mejorar la experiencia en lÃnea de alumnos y maestros.
En artÃculos anteriores hemos hablado sobre los aspectos teóricos, pedagógicos y prácticos para adaptarse a una educación que necesita ser online. Aspectos fundamentales como la forma de establecer comunicación con los alumnos y asegurar que se encuentren en buen estado de salud emocional han sido ampliamente tratados en diversos textos sobre los temas básicos y de periferia para avanzar a esta nueva normalidad educativa.
¿Pero qué hay de aspectos más avanzados como el diseño de cursos, las metodologÃas de evaluación o la brecha digital? Tratar estos temas ya no es cuestión del futuro, es más bien un presente urgente. Ahora mismo los maestros tendrÃan que estar aprendiendo a construir programas educativos y evaluaciones que sean en lÃnea de inicio.
Con esto en mente, un grupo de profesores coordinado por Albert Sangrà , Catedrático de Educación y Profesor de Estudios de PsicologÃa y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Cataluña (UOC), se dio a la tarea de condensar un compendio que cubriera los incisos necesarios para dar el siguiente paso en la clases en lÃnea.
Sangrà y otros nueve profesores con 25 años de experiencia en la educación online trabajaron en conjunto para ofrecer soluciones a los principales problemas para la continuidad de una educación 100 % en lÃnea, en un libro titulado Decálogo para la mejora de la docencia online.
El catedrático enfatizó la importancia de cambiar las estructuras base con las que pensamos al producir y ejecutar programas educativos. “No se trata de hacer de la misma manera la enseñanza que ya estamos haciendo, solo que digitalizándola, sino de adaptarla a un contexto distinto, que es ese contexto no presencialâ€, explica el también Director de la Cátedra UNESCO en Educación y TecnologÃa para el Cambio Social.
El compendio puntualiza tres áreas principales en las que los maestros han de centrarse para continuar la transición hacia una mejor educación en lÃnea.
1. Ubicarse en la situación y ayudar a los alumnos a entenderla
La primera idea a comprender para la continuidad de la clases online es que al tratarse de una solución de emergencia para resolver problemas de un estado crÃtico, no podemos esperar recetas ni metodologÃas con resultados automáticos. Lo construido hasta ahora en materia de educación online, lo hemos construido sobre situaciones emergentes.
Las emergencias son un proceso complicado, cada quien las vive diferente, por lo que en este momento solo podemos esperar aproximaciones y recomendaciones que nos lleven a la base de una metodologÃa en un futuro cercano.
De acuerdo con Sangrà y sus compañeros investigadores, la capacidad de observar y reaccionar a las diferentes formas en las que los estudiantes interaccionan y se desarrollan en una dinámica online en comparación con la presencial es fundamental para establecer el discurso y organización de la clase.
Superar la distancia social a través de conocer a fondo a los alumnos, su conducta y sus patrones psicológicos en lÃnea también es un punto clave para establecer una nueva normalidad educativa con la capacidad de evolucionar rápido.
2. Manejo de recursos y generación de estrategias
Los recursos han de entenderse de una forma diferente, ya no se tratará sólo de contenido, sino de plataformas de interacción y comunicación. Estar en un espacio presencial ofrece la ventaja de ofrecer horarios más definidos en cuanto a los horarios y los periodos de descanso.
Los espacios, en un esquema de educación presencial, cuentan con las capacidades para asegurar tanto un ambiente de clase, como uno de recreación, ambos en grupo. Enseñar desde casa no tiene este beneficio, por lo que es crucial que se incluya la flexibilidad para proveer a los estudiantes de los recesos necesarios en una situación de movilidad e interacción reducidas.
Los maestros deben acercarse al uso de recursos con un mindset diferente, más en tono con las necesidades de la educación en lÃnea en situación de aislamiento, esto les permitirá generar estrategias certeras para lidiar con las problemáticas que marca este contexto.
3. Diseño de actividades y evaluación
Plantearse de forma diferente tanto la elaboración de actividades en clase como la evaluación, también es un paso crÃtico para establecer las nuevas reglas de una educación en lÃnea a nivel global.
Para Sangrà y su equipo el principio es diversificar, contar con diversos mecanismos que nos den información y nos ayuden a tomar registro del proceso de los alumnos. La evaluación, más que un instrumento de medición deberá ser una experiencia formativa y continua, que permita a los maestros centrarse en el procedimiento evaluativo y valorar este como el eje, en vez de factorizarlo como un dato o un resultado. Esto con el objetivo de conocer el nivel de aprendizaje del estudiante, en vez de solo calificarlo.
¿Qué retos pedagógicos, de contenido o ejecución has encontrado en tu experiencia como maestro en este contexto de aislamiento prolongado? Cuéntanos en los comentarios.
Reenviado por Redacción / #MásClaro